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jueves, 14 de mayo de 2015

Formación de Carácter


Soy hija única por parte de mi mamá y mi papá, eso hizo que de niña mi mamá me diera gusto en todo cuanto yo deseaba y que fuera muy mimada y consentida por ella. Crecí junto a mi madre, mi abuelita y dos tías y siempre compartía con una prima quien es contemporánea conmigo y quien llego a ser como mi hermana, entonces éramos las niñas de ese hogar, por lo tanto toda la atención se centro en nosotras.

Siendo adulta me he encontrado que mis reacciones para con Dios a veces son como era con mi mamá, es decir, quisiera que El me respondiera de manera inmediata y adicionalmente que las cosas se hagan de la manera en que yo lo estoy pidiendo. Pero dentro del proceso de conocer a Dios como padre, El me ha ido enseñando que el confiar en El, El incluirlo en mis planes, significa que debo entender que no recibiré las respuestas a mis peticiones cuando yo lo deseo ni de la forma que tal vez lo estoy solicitando, sino que El me ha de ayudar para que lo que suceda en mi vida, sea siempre lo mejor. Dios con estas situaciones me ha estado formando mi carácter para que tenga la paciencia necesaria y sobre todo que mientras espero mi actitud sea la correcta.

He conocido casos de otras personas que cuando no reciben la respuesta de Dios o cuando las cosas no salen cómo ellos esperaban, se enojan con Dios, hacen una especie de “pataleta” y Dios como buen Padre que hace generalmente en esos casos, esperar a que su hijo le pase el “berrinche” y acepte el trato que Dios le está haciendo en ese momento. Personalmente sólo una vez me enoje con Dios porque no me habían incrementado mi salario y ya llevaba unos años muy apretada en mi situación económica, pero en esa ocasión comprendí que estaba reflejando en Dios lo que mi padre terrenal había hecho, el no suplir mis necesidades materiales y ahí el enojo se terminó y obviamente le terminé pidiendo perdón a Dios. ¿Cuántas veces Dios ha de esperarnos?, todas las que sea necesario, pero mientras eso sucede somos nosotros quien nos perdemos de esa comunión con Dios por estar enojados con El o permanecemos tristes o depresivos porque no tenemos aún la bendición que estamos esperando o porque estamos viviendo una situación que no queremos.

Dios dice en Hebreos 12:6 a “Porque el Señor al que ama, disciplina”, Dios es nuestro Padre, si nuestros padres terrenales no nos enseñaron a esperar, a tener buenas actitudes cuando no recibíamos lo que pedíamos, Dios si lo va a hacer. El carácter es algo que no se desarrolla en los salones de clase, sino en la vida diaria. Cuando comprendemos cómo Dios usa las circunstancias para formar nuestro carácter, podemos ahí responder correctamente a lo que Dios está usando. 

A continuación relaciono algunas situaciones que pueden formar nuestro carácter: Decepciones, dificultades, retrasos en las respuestas de Dios o en el inicio de un nuevo proyecto, conflictos con otras personas, tentaciones o tiempos en los cuales aparentemente todo nos está saliendo mal (cuando estamos en un desierto espiritual, desierto por el cual tarde que temprano todos pasamos).


Leí en un artículo de Rick Warren este párrafo y lo comparto porque concluye lo que deseo transmitir con este mensaje: “El desarrollo del carácter siempre involucra una elección. Cuando tomamos la decisión correcta, nuestro carácter crece más como el de Cristo”. Que elección decides tomar tu hoy? Quieres que Dios forme tu carácter?, decides actuar a la manera de Dios y no a la tuya?

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