Páginas

martes, 27 de octubre de 2015

Cuarto de Guerra


Sólo hasta hoy pude verme la película Cuarto de Guerra, la cual se trata de un matrimonio que al parecer lo tenía todo: buenos trabajos, una hermosa hija y la casa de sus sueños. Sin embargo, las apariencias pueden engañar. En realidad, su matrimonio se había convertido en una zona de guerra y su hija sufría las consecuencias y los daños colaterales. Los consejos de una sabia cristiana ayudaron a la esposa a descubrir cómo luchar a favor de su familia y no en su contra[1]. 

De esta película pueden salir varios post porque el tema de la oración es una temática rica y extensa en contenido. Pero quisiera tratar sólo 1 aspecto y a futuro retomaré enseñanzas muy valiosas de esta película.

La importancia de la oración!
  • A veces recurrimos a Dios cuando ya hemos hecho todo en nuestras fuerzas, cuando ya estamos desgastados física y emocionalmente y se nos olvida que hasta para las cosas más triviales tenemos a Dios a nuestro lado para ayudarnos.
  • Dios no es ajeno de ninguna de las circunstancias por las cuales estamos atravesando, pero por momentos queremos hacer el trabajo pesado que le corresponde sólo a Dios, nuestra responsabilidad es ir delante de Él y decirle lo que sentimos, lo cargado que nos hallamos, lo triste que nos encontramos, la angustia profunda que sentimos dentro de nuestro corazón, lo frustrados que podemos estar, la ansiedad y temores que podemos estar experimentando.
  • En los tiempos de oración es en los cuales podemos confesar nuestro pecado, son esas instancias en las cuales le pedimos perdón a Dios y recibimos Su gracia inmerecida, Su amor ilimitado.
  • Dios es un Padre amoroso, que siempre nos va a estar esperando con los brazos abiertos, para que vayamos ante su presencia y le expongamos lo que estamos sintiendo, para entregarle todo nuestro corazón, toda nuestra autosuficiencia y ahí El sí pueda actuar, es cuando Dios puede hacer el trabajo pesado que humanamente en nuestras fuerzas no es posible.
  • Ciertas épocas de nuestra vida, nos la hemos pasado orando días, semanas, meses por una bendición especifica (provisión económica, algo material, trabajo, salud, un esposo, hijos, etc.) y cuando llega el tiempo de recibir la bendición, podemos concentrarnos en esta y descuidamos a quien nos dio la bendición, es decir, a Dios!!!. En mi caso, el Señor traía a mi mente esta situación, porque estos últimos días he estado de lleno en un diplomado que estoy haciendo, y mis tiempos de oración se han disminuido, por el cansancio algunas veces (varias horas de desplazamiento en bus) o porque ya mi agenda está “más llena”. Probablemente este no sea tu situación, pero te la comparto puesto que en TODO tiempo deberíamos siempre darle ese primer lugar a Dios en nuestra agenda diaria.
  • Si queremos la victoria no podemos estar ajenos a la oración, porque es en estos espacios donde rendimos toda nuestra vida al Señor, donde Él puede examinar lo más oculto que hay en nuestro corazón, es cuando Él puede moldearnos cual buen alfarero y con su ayuda sacar lo mejor que Él ha puesto en nosotros.
  • En Efesios 6:18 a, nos dice: “Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos”, lo que significa que debemos orar tanto en los tiempos buenos como en los no tan buenos y mucho más en los difíciles. Y no sólo debemos hacerlo como un mandato a cumplir, sino que debería ser nuestro deleite diario, ir a encontrarnos en oración con nuestro Padre.

Para finalizar quiero contarte que dentro de la página web de la película “Cuarto de Guerra” hay un material gratis que puedes descargar y comenzar a leer, te invitó a que tú en tu intimidad con Dios te contestes estás 2  preguntas extraídas de este material, como una primera etapa de autoevaluación de cómo está tu relación con Dios:
1.       ¿Con cuánta diligencia buscas y sigues cada día un andar más cercano a Dios?
2.       ¿Cuánto tiempo y esfuerzo pasas en Su Palabra y en oración cada semana?

miércoles, 21 de octubre de 2015

Amabilidad Integral

Generalmente la Alegría y la Amabilidad siempre van juntos: Una persona alegre es amable y una persona amable es alegre.  Y el apóstol Pablo habla de estas dos virtudes juntas en la Biblia cuando le escribe a una de sus iglesias: “Alégrense siempre en el Señor.  ¡Alégrense  y que su amabilidad sea evidente a todos. Filipenses 4:4-5

¿Cómo definirías amabilidad? Según el diccionario significa: Digno de ser amado, complaciente, afectuoso, cordial. El origen en griego de esta palabra es: Cherstotes  que quiere decir: Gentil,  cariñoso, refinado en conducta.

En la Biblia se menciona la amabilidad en Colosenses  3:12: “Como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de afecto entrañable y de bondad,  humildad,  amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen y si alguno tiene queja contra otro.  Así como el Señor los perdonó,  perdonen también ustedes. Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto”.

Este versículo nos muestra la amabilidad NO como una conducta aislada sino que la presenta como una virtud que hace parte de una forma de ser INTEGRAL. Dios nos invita a practicar la Amabilidad –o sea las buenas maneras o ser decente y refinado- no como un acto aislado, sino que El espera que venga acompañada de otras cosas, de sentir un afecto entrañable, un cariño que nace de lo profundo de nosotros, de bondad y una actitud paciente y humilde.  Que todo sea INTEGRAL!

¿Por qué este énfasis? Porque Dios sabe que uno puede ser cortés y amable pero por formación de niño, por cultura, por buena educación y hasta por buscar protagonismo pero puede suceder que en estos comportamientos NO HAYA amor, humildad, paciencia y bondad. 

¿Cómo notar la diferencia? Sencillamente, cuando no eres amable con todo el mundo ni en todo momento...estás siendo solamente cortés, no estás siendo INTEGRAL como Dios espera que seamos.

Te motivo a que analicemos nuestro diario vivir y que podamos identificar si algunas veces no somos realmente amables como Dios nos pide: una AMABILIDAD INTEGRAL. ¿Ofrecemos una amabilidad condicionada (sujeta a condiciones)?, estamos siendo amables solamente con quienes nos nace ser amables y ésta no es la actitud que Dios quiere que tengamos.
  •  Piensa con que personas no eres tan amable como lo eres con otras?  Piensa en las razones que te motivan a portarte así...
  •  Recuerda que es lo primero que piensas, cuando te piden un favor: Ahhh no puedo,,, Tocará... Pero yo tan ocupado...Claro que sí... con mucho gusto, etc
  •  ¿Qué tanto te desprendes de tus cosas?, de tu tiempo?, de tus intereses? NO cuando tú lo decides sino cuando otros lo necesitan o te lo piden?, ¿Qué tanto cedes a las necesidades de los demás?.


Si la respuesta a las anteriores preguntas de reflexión no fue positiva, te invito a que juntos en oración le pidamos a Dios que ponga en nosotros esa verdadera amabilidad en la que Él quiere que vivamos. Que ponga un amor entrañable por todo el mundo, no importan QUIEN sea ni COMO sea... que nos de bondad, paciencia y humildad en nuestro trato con los demás. Además aprovechemos esta instancia de oración para que reconozcamos delante de Él, que cosas no nos están dejando vivir en ese estilo de vida integral y vamos a pedirle a Dios que se lleve eso para poder relacionarnos con la gente con una amabilidad integral!.

miércoles, 14 de octubre de 2015

¿Qué declaras con tu boca?


Existen 2 maneras de usar nuestra boca: para bendecir o para maldecir, hoy quiero preguntarte que estás declarando constantemente con tu boca?, eres de los que continuamente da acciones de gracia?, o por el contrario de los que se mantienen seguidamente quejándote y declarando cosas negativas?. Muchas veces no somos conscientes que cuando pronunciamos palabras de murmuración o de queja, estas contienen un poder destructivo, puesto que destruyen tanto la alegría de quien las está diciendo como de quienes están a su alrededor y deben escucharlas.

Nuestro modelo a seguir es Jesús y la Biblia nos muestra que El no usaba sus palabras para vivir refunfuñándose o quejándose, por el contrario lo que hablaba era siempre de bendición para otros, de hecho para llevar a cabo los milagros usaba el poder de la palabra: “Cállate le dijo a los demonios, se sano, levántate y camina, tus pecados te son perdonados le dijo a los enfermos”.

La Biblia nos dice que hablemos a nuestras montañas. Tal vez tu montaña sea una enfermedad, una relación en problemas, una adicción, un negocio o trabajo con dificultades, una crisis económica.  Cualquiera que sea tu montaña, no te desgaste sólo pensando en ella, comienza junto a la oración a Dios por este tema, a hablarle a esa montaña. La Biblia dice en Joel 3:10 “Diga el débil: fuerte soy”, en Lucas 4:18 “Diga el oprimido, libre soy”, en Isaías 40:29 “Diga el enfermo, sano soy”, en el Salmo 22:26 “Diga el pobre: prospero soy”. Expresar verbalmente la Palabra de Dios para nuestra vida, nos ayuda a fortalecer nuestra fe! De ahora en adelante no sólo háblale a Dios de lo grande que es tu montaña, sino que comienza a decirle a tus montañas lo grande que es tu Dios!!! 

En mi caso, reconozco que he cometido errores con lo que he dicho con mi boca, es más me he metido en problemas por la forma en que he dicho algunas cosas, Proverbios 18:21a nos dice que “En la lengua hay poder de vida y muerte”, te animo a que te propongas a usar tu lengua para vida, que trates de convertir tu maldición en bendición con lo que estás declarando o haciendo.
  • Ante una situación de injusticia no maldigamos a nuestras autoridades oremos por ellas y declaremos que Dios los guiará en sus decisiones.
  • Si tienes problemas con tu jefe o tus compañeros de trabajo, bendícelos y pide a Dios por ellos.
  • Si tienes un hijo pasando por rebeldía no le digas palabras negativas, ponte de rodillas y declara que el Señor lo cambiara y así será.
  • Ten cuidado con las palabras que le dices a tus hijos como “sos un haragán”, “En lo absoluto podrás lograr nada”, “Así jamás terminaras la universidad”, “nunca haces nada bueno”, “Así nadie te va dar trabajo” “Seguramente vas a estar en problemas”. Este tipo de palabras negativas pueden destruir a tu hijo más rápido de lo que te puedes imaginar. No puedes hablar negativamente sobre tu hijo por un lado y luego esperar que él o ella sea una persona bendecida.
  • Si tenemos una situación de pobreza y escasez comencemos a declarar: Dios suple abundantemente todas mis necesidades.
  • La próxima vez que quieras contar un “chisme”, mejor pon freno en tu lengua y no permitas que ese deseo te domine, porque los efectos que puede producir un chisme son generalmente nocivos.
  • Si estás enfermo aparte de ir a un médico, comienza a mezclar tus propias palabras con la Palabra de Dios: “viviré y no moriré, y declarare las obras de Señor”.

Lo que dices en medio de tus dificultades tendrá gran impacto en la cantidad de tiempo que tendrás que permanecer en esa situación. Por lo tanto declara que vas a salir victorioso de tu adversidad. Revisa que vas a decir antes de abrir tu boca y pídele a Dios que ponga centinela en tu boca para que siempre declares bendición sobre tu vida y la de los que te rodean.