Muchas veces
pensamos que cuidarnos físicamente va en contra de la voluntad de Dios para nosotras,
Dios quiere hacer de nosotras mujeres integras, mujeres que nos preocupemos
principalmente por nuestra relación con Él pero también que cuidemos de nuestra
salud y cuidado personal.
Como lo mencionaba en un post
anterior: Lo primero que nos entregó Dios para administrar
es nuestro cuerpo, sobre el debemos rendirle cuentas, el Señor puede tener
muchas bendiciones para nuestra vida, pero si nosotros no cuidamos nuestra
salud, no vamos a poder llegar a alcanzar todas estas bendiciones o si lo
logramos, tal vez no podremos disfrutarlas como Él hubiera querido, porque
estemos probablemente enfermos.
Hay cambios que son
importantes comenzar a realizar para cuidar nuestro cuerpo físico y estos son:
1.
Efectuarnos
chequeos médicos de manera preventiva para verificar cómo nos encontramos y a
su vez advertir cualquier tipo de enfermedad que pudiéramos llegar a desarrollar.
2.
Estilo
de vida saludable: esto incluye nuestra alimentación, puesto que por
practicidad muchas veces se puede caer en la tentación de comer de forma
desbalanceada, por ejemplo, exceso de carbohidratos (arroz, papa, plátano,
harina de trigo –galletas, tortas-), de gaseosas o jugos no naturales, en vez
de consumir frecuentemente frutas y verduras. Y además en este estilo de vida debemos
incluir hacer ejercicio y no significa llegar a ser deportistas, con sólo media
hora de caminata diaria ya es un aporte para tu salud.
Dentro del cuidado
personal, se encuentra también nuestra imagen personal, nosotros reflejamos
externamente lo que hay en nuestro interior y cuando estamos sanos internamente
podemos tener una autoestima correcta y de esta manera es que llegaremos a
proyectar a otros la mejor imagen de nosotros.
Por lo anterior
considero que si deseamos hacer cambios en nuestra imagen personal siempre
deben estar ligado lo interno con lo externo, porque no ganamos nada con
vestirnos estupendas, si no irradiamos el gozo del Señor, si dentro de nosotras
hay tristeza en nuestro corazón, si ni siquiera nos consideramos bonitas o no
sabemos nuestro valor en Cristo.
Hay un ejemplo en
la Biblia de la preparación estética que tuvo Ester junto a otras doncellas
para que eligiera el Rey Asuero la sucesora de la reina Vasti. En Ester 2: 12 nos dice “Antes de ser
llevada a la cama del rey, a cada joven se le hacían obligatoriamente
tratamientos de belleza durante doce meses: los primeros seis con aceite de
mirra, y los siguientes con perfumes y ungüentos especiales”. Es probable que
durante esos 12 meses de los atavíos, fueran usados tanto para impartir
capacitación y educación en cuanto a las costumbres de la corte así como para
preparación física.
El libro de Ester
da para un estudio completo de la vida de esta mujer, pero podemos destacar
cualidades internas de ella como por ejemplo: que tuvo una vida sumisa al
obedecer siempre a lo que Mardoqueo le
indicaba y cuando describe la Biblia los días que estuvo ayunando,
implícitamente muestra su dependencia en Dios. Es decir, vemos una mujer que no
le bastó haber conquistado con su belleza física al Rey Asuero, sino que se
preocupó por cultivar su interior y su relación con el Señor.
Desde este blog de Amada de Dios, quiero entregarte herramientas que te contribuyan para vivir la vida como
Dios la diseñó. Que podamos compartir reflexiones sobre temas que nos atañen a
las mujeres y mutuamente seguir trabajando con ayuda de Dios en nuestro
crecimiento espiritual. Adicionalmente, quiero abrirte la invitación al fanpage
que tengo donde encontrarás tips para potencializar tu belleza física y para tu
cuidado personal. Si deseas puedes ingresar al siguiente link y leer las
recomendaciones que estaré subiendo semanalmente:
Actualmente el fanpage tiene una foto de MATICES, que
fue la marca con la cual inicié vendiendo productos pero he decidido dejar este
espacio sólo para tips de imagen personal.
Para finalizar te dejo esta frase de Audrey Hepburn: “La belleza de una mujer no está en la moda superficial. La verdadera
belleza de una mujer se refleja en su alma. En la bondad con la que da amor y
en la pasión que demuestra”. Me
gusta esta frase porque menciona lo que nunca podemos descuidar que es nuestro
interior. Recuerda Dios es el buen alfarero que quiere seguir trabajando en nuestro
corazón, que quiere sacar de nosotras todo el potencial que ha puesto y de esta
forma que otr@s puedan conocer a través nuestro un Dios vivo y que llevemos a
otros el mensaje de salvación!