Para muchos los días de
semana santa significan asistir a la iglesia a los diferentes servicios que
suelen ofrecerse en torno a la conmemoración de la muerte y resurrección de
Jesús, es más son los días en que probablemente más llenas se encuentran las
iglesias de la fe cristiana (protestantes y católicas). Para otros se ha
terminado una corta semana de vacaciones y regresan a la rutina de sus trabajos
u hogares, todo vuelve a la “normalidad”, quizás vuelvas a un lunes que traiga
nuevos desafíos, enfrentar problemas que aún no has resuelto. Con base en el
mensaje del domingo en mi iglesia, me queda las siguientes preguntas al
finalizar esta semana santa ¿Resucitó Jesús en mi corazón?, ¿He vencido lo que
me ata a mi pasado?, ¿Otros pueden ver a Cristo en mí?
Recuerdo que cuando fue
lanzada la película la Pasión de Cristo, fui a cine a verla y me lloré muchos
pedazos de esta película, pues muestra la dura realidad de lo que vivió Jesús
por ti y por mí, todo el dolor físico que tuvo que soportar sin ni siquiera
merecerlo, desafortunadamente para mí no pasó más que ser un acto de
remordimiento, porque más me demoré en salir de cine, que volver a caer en mí
pecado, el cual fue recurrente una y otra vez. Sólo cuando hubo un verdadero
arrepentimiento en mí pude dejar de caer en este pecado.
Nuestra relación con Dios no
puede estar enfocada solamente en las fechas especiales como “semana santa,
navidad”, personalmente creo que es nuestro deber todos los días pedirle al
Señor que El examine nuestro corazón, nos dé convicción de pecado, porque
muchas veces podemos pensar que estamos actuando de manera “correcta” pero Dios
que conoce lo más profundo de nuestro corazón sabe aun lo que no le hemos
entregado, lo que puede ser todavía un “dios” para nosotros, lo cual le quita
Su lugar a Él, pues es El único que debe estar en el centro de nuestro corazón.
Las 3 preguntas que coloque
al inicio, pienso que deberíamos hacérnoslas con más frecuencia y si la
respuesta no es positiva, podemos ir delante de Dios para que sea El quien nos
ayude para que podamos vencer lo que aún nos obstaculiza para llevar una vida
conforme Él lo desea. Al hacerme esas 3 preguntas venía a mi mente una
situación puntual que si bien no ha sido fácil para mí, Dios la ha permitido en
mí vida para que esta moldee mi carácter, porque no se trata de decir “es que aquellos que
tenemos temperamento melancólico somos así”, no porque el Espíritu Santo al
obrar a través de mi vida quiere que muestre sus frutos que son: “amor,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio
propio” (Gálatas 5:22-23).
Una forma de demostrar que
Jesús ha resucitado en nosotros, es si otros pueden ver en ti y en mí el fruto
de Su Espíritu. La resurrección de Jesús fue donde El venció a Satanás, con su victoria
al vencer la muerte, podemos ser libres de TODO aquello que nos esclaviza, que
nos deprime, que nos angustia, que nos hace volver atrás y no avanzar dentro
del propósito que Dios tiene para nuestra vida.
Tal vez, te sientas que no
puedes salir de ese pecado en el que como yo, caímos vez tras vez, pero la Resurrección
de Cristo, te da la oportunidad HOY de volver a comenzar, HOY puede ser el día que
tomes la decisión de decirle no más a lo que te separa de Jesús.
Como mujeres equivocadamente creemos
que entre más autosuficientes más fuertes somos, pero Dios seguramente lo que te
está diciendo es: no luches más sola, yo estoy contigo!!!, yo vencí en la Cruz,
donde hay un imposible para ti, para Dios es la oportunidad de glorificarse, Él
es el único que puede convertir tu tristeza, amargura y dolor en alegría, que
puede llenar tu corazón con una paz que no es pasajera, que no es en emociones,
que es perdurable.
No esperes una semana santa
más, para empezar a vivir la resurrección de Cristo en tu vida!
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