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miércoles, 2 de marzo de 2016

Presente


Salomón, el autor del libro Eclesiastés, nos dice en Eclesiastés 3:1 que “hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo”. Y creo que todos lo hemos ido evidenciando en la medida que pasan los años, donde miramos hacia atrás y vemos que el tiempo no se ha detenido ni un segundo y que por más que quisiéramos no podemos regresar al pasado para volver a vivir momentos inolvidables.

La pregunta que hoy te quiero hacer es si estas “disfrutando” cada temporada de tu vida? o si tienes la mente enfocada tal vez en recuerdos del pasado? o sientes ansiedad de lo que estas esperando ocurra o llegue en un futuro cercano?.

Cuando estaba en la universidad en pregrado, los últimos semestres recuerdo que quería que pasaran rápido porque deseaba experimentar que era trabajar y comenzar a devengar un sueldo por mi trabajo, efectivamente llego el  momento de ingresar al mundo laboral, lo que no sabía yo es que me esperaban varios años bastantes duros laboralmente, con horarios bien extensos, ahí extrañaba esa época de universidad cuya única responsabilidad que tenía era que me fuera bien en mi estudio. Al cambiarme de país y no vincularme laboralmente como esperaba, extrañaba mi trabajo, o sea, nuevamente estaba cayendo en voltear mi rostro para contemplar el pasado y no “disfrutar” el presente que estaba viviendo.

Y en el tema sentimental, no es la excepción, como dicen por ahí: la que está soltera, anhela casarse y la casada, quisiera tener el tiempo libre que tenía la soltera. Dios no se equivoca con cada etapa de nuestra vida, el problema es nuestro que estamos desenfocados en el tiempo al no aprender a vivir el presente, tal cual como este se manifieste.

Si estamos viviendo una temporada difícil, también debemos aprender a ver que quiere Dios que aprendamos de esto y nos concentremos en cómo podemos ser felices así estemos pasando por días complejos. Porque no podemos esperar a que todo esté color de rosa para ahí si decidir entonces estar feliz, porque nuestra fuente de gozo debe ser el Señor. Por ejemplo, cuando estuvo mi tía abuela en los últimos meses de su enfermedad fueron semanas complejas, porque era salir de trabajar e irse a la clínica a estar con ella, pero le doy gracias a Dios porque estuve ahí, porque viví en ese momento ese presente con ella y no anduve quejándome, en que no podía estar tal vez en otro lado y no haciendo turno en una clínica. Te doy este ejemplo, porque a veces, quisiéramos que el tiempo pasara volando y atravesar de esta manera la dificultad que estamos viviendo, pero Dios quiere que apreciemos nuestro presente, que sigamos refugiándonos en El, si estamos por momentos en que quisiéramos tirar la toalla, que no pongamos nuestros ojos en un futuro, que no tenemos la certeza de cómo será.

No sé si este sentimiento de asimilar el vivir presente, es común para aquellos que estamos más allá de los 30, jejejeje, pero lo que si se es que quiero es que se haga vida en mi vida Eclesiastés 3:1, que mi corazón esté tranquilo por la etapa que esté viviendo y no inquieto por lo que vendrá mañana.  Leí esta frase y es muy válida: “No dejes que la tristeza de tu pasado o el miedo a tu futuro, arruine la felicidad de tu presente”.

La palabra presente, se relaciona con el tiempo, pero también se asocia con regalo, con ofrecer algo, de poner algo por delante, Dios nos ha dado el presente como un regalo, pero muchas veces no lo valoramos como ese regalo!. Es un hecho que debemos aprender del pasado y prepararnos para el futuro, pero debemos VIVIR EN EL PRESENTE!!!! Pues en algún momento el reloj de nuestra vida terrenal va a detenerse, espero que para ese momento podamos estar muy contentas de lo que hicimos con nuestra vida, que cada época que tuvimos la aprovechamos correctamente, que hayamos sembrado en cada etapa tesoros en el cielo y un legado en esta tierra.

Si en verdad crees que tu futuro está en la manos de Dios, no tienes de qué temer!, porque lo que venga siempre será para bien, recuerda que todo ayuda para bien para aquellos a quienes amamos a Dios. La invitación es que decidas comenzar a vivir el presente, el día que hoy te regala el Señor!, que si estás pasando una situación difícil, más te aferres a Dios para que Él pueda con Su poder cambiar tu tristeza en baile!

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