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sábado, 25 de julio de 2015

Dominio propio en la alimentación

Hoy quiero tocar un tema que no se trata mucho en las iglesias y es el cuidar nuestro cuerpo en cuanto a mantenernos de manera saludable. Generalmente se tratan las adicciones a lo que socialmente está mal visto o aquellas que traen consecuencias desastrosas en el cuerpo o cerebro: licor, cigarrillo, drogas, pero qué sobre la adicción a los alimentos?, es igual de perjudicial, porque cuando se tiene un sobre peso u obesidad esto conduce a que las personas tengan por fuera de los rangos normales la glicemia, el colesterol, triglicéridos, la presión arterial, entre otros y el tener esto alto representa un factor de riesgo para las personas, puesto que esto conlleva a enfermedades tales como Diabetes, Aterosclerosis o aún peor la muerte, a través de un infarto de miocardio o un accidente cerebral.
Lo primero que nos entregó Dios para administrar es nuestro cuerpo, sobre el debemos rendirle cuentas, el Señor puede tener muchas bendiciones para nuestra vida, pero si nosotros no cuidamos nuestra salud, no vamos a poder llegar a alcanzar todas estas bendiciones o si lo logramos, tal vez no podremos disfrutarlas como El hubiera querido, porque estemos probablemente enfermos.
En Proverbios 25:28 nos dice: “Una persona sin control propio,  es como una ciudad con las murallas destruidas”. En la versión Reina Valera menciona la palabra Dominio propio, esta palabra viene del griego sofronismós, que significan disciplina, control de uno mismo. Dentro de ese control propio, incluye el control que debemos tener sobre los alimentos.
Para muchas personas, el licor no es una debilidad pero si un chocolate, una torta, un postré, un helado, los snacks, las galletas de dulce (como en mi caso que me encantan) o la comida de sal y representa una tentación al ver estos productos, es decir, se convierte en una batalla igual que con otras tentaciones socialmente dañinas, pero al partir Jesús nos dejó con nosotros al Espíritu Santo y es El quien nos puede ayudar a librar cada una de estas batallas que enfrentamos frente a los alimentos.
En el caso del chocolate, el consumo de este implica un aumento de triptófano en sangre, el cual es precursor de la serotonina. La Serotonina es considerada por algunos investigadores como la sustancia química responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo, por lo que un déficit de serotonina conduciría a la depresión. Es por esto que algunas personas cuando se encuentran tristes lo que suelen buscar primero es un chocolate para consumirlo. No se trata que lo quites radicalmente de tu régimen alimenticio, sino que el consumo sea moderado y por lo tanto si esto es una debilidad para ti, trata que cuando vayas al Supermercado compres muy pocos y si ya tienes algún problema de glicemia, pues procura no incluirlo dentro del listado del mercado.
Dios es un Dios integro, El no sólo quiere que seas sano de tus heridas emocionales y de lo que te encadenaba en el pasado, El desea que puedas llevar una vida integral y un área que también debemos entregarle a El es nuestra salud, todo aquello que nos está produciendo excesos en la alimentación. Usualmente se dice que a través de los alimentos las personas descargan toda la ansiedad que tienen generada por el estrés. Entonces si este es tu caso, empieza a entregarle a Dios cada una de tus preocupaciones en oración, dile cuanta carga sientes, cuanta angustia te produce X o Y tema, pero para eso es necesario, que sea algo que se vuelva un hábito, no sólo cuando ya estás apunto de reventar y te has consumido todo tu refrigerador, no!!!...es algo de hacerlo todos los días, de decirle a Dios que es lo que nos produce tanta ansiedad y en la medida que lo vayas haciendo, estoy segura que irás aprendiendo a depender más de Dios, a confiar en que El está al control de todo en tu vida y además recibirás a cambio Su paz que sobrepasa todo entendimiento.
Mi invitación este día es que pienses en ti, en tu salud, en cómo estás cuidándote, que no esperes a que estés ya enferm@ o grave para tomar una decisión, comienza con pequeños cambios en tu régimen alimenticio y pídele al Espíritu Santo, que te ayude a tener fuerza de voluntad para no comer más de lo necesario, que tengas el control para aprender a decir NO cuando te ofrecen algo que te hace daño. Así como has experimentado en otras áreas de tu vida las alertas del Espíritu Santo, esta no será la excepción, El inquietara tu espíritu para que no comas lo que te perjudica o en las cantidades que no corresponde, pero para eso debes obedecer a sus “alertas”. Recuerda es un paso a la vez, cada día será una victoria de la tentación que irás logrando junto al Señor y obviamente si ya tienes alguna complejidad de salud, no dejes de ir a los especialistas pertinentes, porque para eso Dios ha dado los conocimientos a los médicos, para que ellos puedan dar las pautas para llevar una vida saludable.

Y si ni siquiera eres consciente del daño que te haces con el sobrepeso que tienes, pídele a Dios esa conciencia, no eches en saco roto esta pequeña reflexión, porque no es casualidad que lo hayas leído, órale a Dios para que te de esa conciencia de querer cuidarte, de pensar en ti!!!!

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