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sábado, 26 de septiembre de 2015

Amar a lo más necesitados!



En un mundo donde cada uno está en búsqueda de sus propios intereses, podemos llegar a tornarnos indiferentes a las necesidades de otros. El Señor nos recuerda en su Palabra en 1 Juan 4:8 que el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Es muy fácil amar con quienes sentimos empatía y están en nuestro círculo cercano, pero que de aquellas personas que son “rechazadas por la sociedad”.

En Colombia tenemos el ejemplo de Papá Jaime, quien años atrás comenzó una loable labor de visitar los basureros, alcantarillas, túneles subterráneos y barrios marginales, a través de este trabajo rescato a muchos niños y jóvenes que vivían en la oscuridad, quienes aprendieron a soñar en la Fundación que formó posteriormente: Niños de los Andes. Mundialmente todos hemos escuchado del trabajo que llevó a cabo durante más de 45 años la Madre Teresa de Calcuta, quien atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos. 

Mientras lees esto, puedes estar pensando que tu misión de vida no es la de Papá Jaime, que tú te dedicas a otras actividades y que tienes otros sueños en tu vida, pero quiero que te preguntes: que granito de arena estás sembrando tú en la vida de las personas más necesitadas de tu sociedad? No tienes que dedicar tu vida de lleno a una labor social, pero no es posible decir que amamos a Dios cuando somos impasibles con los más necesitados.

Concuerdo con esta frase de Angelina Jolie, reconocida no sólo como actriz sino por su trabajo humanitario: “No podemos cerrar a nosotros mismos la información de la crisis y pasar por alto el hecho de que millones de personas están sufriendo por ahí. Honestamente quiero ayudar. No me siento diferente a las demás personas. Creo que todos queremos justicia e igualdad, la oportunidad de una vida con sentido. A todos nos gustaría recibir ayuda si estuviéramos en una mala situación”.

Nosotros no vamos a suplir la labor que le corresponde a los Gobiernos, pero si podemos empezar por no ser tan insensibles con los más necesitados. Lo más seguro es que realizar cualquier trabajo humanitario, te demande salir de tu zona de confort y dedicar un poco de tu tiempo, pero considero que vale la pena hacerlo!.

Te invito a pensar desde donde tú te encuentras cómo puedes vincularte, te doy algunas ideas pero indudablemente deben haber muchas más opciones:
·         IGLESIA: Revisa si donde tu asistes hacen actividades sociales y puedes comenzar a asistir.
·   COLEGIO O UNIVERSIDAD: Puedes unirte con un grupo de amig@s para por ejemplo: realizar alfabetización (cuantas personas aún no saben leer o escribir) o visitar un ancianato o el pabellón de niños en un hospital.
·     EMPRESA: se está comenzando a implementar en las Organizaciones los negocios inclusivos, que son iniciativas empresariales económicamente rentables, ambiental y socialmente responsables, que en una lógica de mutuo beneficio incorporan en sus cadenas de valor a comunidades de bajos ingresos y mejoran su calidad de vida[1]. Tuve la oportunidad de asistir a un seminario al respecto por parte de la empresa donde laboraba en Colombia y puedo dar fe que se están emprendiendo en varios lugares del mundo proyectos en esto. Puedes unirte al proyecto que estén haciendo donde trabajas o promover un equipo interdisciplinario para emprender un negocio inclusivo.
·     NEGOCIO INDEPENDIENTE: Si trabajas de forma independiente, examina cómo con tu negocio puedes aportar a otros más necesitados, probablemente no con el objetivo de lucrarte. Conozco el caso por ejemplo de alguien que realiza cursos de cocina saludable, la cual se unió con otra fundación para llevar alimentación saludable y balanceada a  niños que viven en condiciones muy difíciles de su ciudad.
·      FUNDACIONES: Busca que fundación cerca de donde vives realiza labores sociales y cómo puedes aportar, sea con tus talentos que Dios te ha dado, dedicando tiempo para compartir con otros o tal vez con aportes económicos.

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