Lo que más desearíamos muchas
veces es que el tiempo de Dios se alineara con el nuestro y no al revés, de
manera jocosa suelo comentarlo: el Señor tiene la película
completa de nuestra vida y El sabe mejor que nadie cual es el tiempo indicado
para todo. Hay peticiones que así oráramos cada 5 minutos, no van a ser
respondidas de manera inmediata, porque no es el mejor momento para que sean
contestadas por Dios. Recuerdo cuando estaba trabajando como asistente de
Mercadeo, llego una época en que deseaba ya ascender, no estar más en ese cargo
que me parecía totalmente monótono, pero Dios uso ese tiempo que estuve ahí no
sólo para formarme profesionalmente, sino también para que yo aprendiera a
sujetarme a la autoridad.
Dios en muchas ocasiones
utiliza determinadas situaciones para tratarnos y cómo estamos tan pendientes
de la respuesta de Dios, no vemos durante ese tiempo lo que Dios desea que
aprendamos. La paciencia es una cualidad que no todos tenemos muy bien
desarrollada, personalmente soy un poco impaciente e intensa y cuando me
propongo algo, le pongo todo mi empeño para lograrlo, pero este último año de
mi vida he tenido que aprender a esperar en Dios y a gozarme durante este
tiempo de espera, debido a que me he enfrentado a varias contextos en los
cuales no depende de mí, ni de mi intensidad, he tenido que depender por
completo del Señor.
Puedes
llevar bastante tiempo orando porque tu familia o tu esposo tengan una relación
con Dios, o has tratado en tus fuerzas de compartirles del Señor, pero así y
todo ellos permanecen aún reacios, pero debes aprender a descansar en Dios, que
no es en tu tiempo, que en Su tiempo Dios hablará a sus vidas. Puede
ser que lleves tiempo orando por un hijo “difícil”, esperando que cambie tu
situación económica, tu estado civil, pero ahí es donde debemos tener la
confianza en el Señor que en el momento indicado tus oraciones van a ser
respondidas. En el Salmo 31:14 nos dice David: “Mas yo en
ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios, en el Versículo 15 En tu mano están mis tiempos”. Es decir, que mientras Dios nos contesta, lo que
el Señor desea que tengamos es su paz, que estemos confiados en El, que
tengamos la certeza que El está actuando tras bambalinas, que El sigue cuidando
de nosotros, que sobre todas las cosas El cumplirá sus promesas.
Por experiencia propia te aconsejo no te adelantes a los tiempos de
Dios, porque te veras enfrentado a situaciones difíciles que no eran las que el
Señor tenía dispuestas para ti y vas a lamentar con lágrimas el no haber sabido
esperar. Por ejemplo, en esta época en que las tarjetas de crédito o los
créditos bancarios están al alcance de muchos y en “segundos” puedes comprar lo
qué quieres, debes saber si es o no prudente meterse en una deuda y o si es
mejor esperar a ahorrar y no tener que incurrir en unos intereses altos. Dios
en el tiempo de espera forja nuestro carácter, por eso no trates de ayudarle a
Dios, de darle una mano!. Y si El Señor te ha dicho que esperes, hazlo porque
El no se equivoca, sabe el para qué debes esperar un poco y El no deja en este
tiempo de obrar en tu vida.