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lunes, 30 de marzo de 2015

En Su tiempo


Lo que más desearíamos muchas veces es que el tiempo de Dios se alineara con el nuestro y no al revés, de manera jocosa suelo comentarlo: el Señor tiene la película completa de nuestra vida y El sabe mejor que nadie cual es el tiempo indicado para todo. Hay peticiones que así oráramos cada 5 minutos, no van a ser respondidas de manera inmediata, porque no es el mejor momento para que sean contestadas por Dios. Recuerdo cuando estaba trabajando como asistente de Mercadeo, llego una época en que deseaba ya ascender, no estar más en ese cargo que me parecía totalmente monótono, pero Dios uso ese tiempo que estuve ahí no sólo para formarme profesionalmente, sino también para que yo aprendiera a sujetarme a la autoridad.

Dios en muchas ocasiones utiliza determinadas situaciones para tratarnos y cómo estamos tan pendientes de la respuesta de Dios, no vemos durante ese tiempo lo que Dios desea que aprendamos. La paciencia es una cualidad que no todos tenemos muy bien desarrollada, personalmente soy un poco impaciente e intensa y cuando me propongo algo, le pongo todo mi empeño para lograrlo, pero este último año de mi vida he tenido que aprender a esperar en Dios y a gozarme durante este tiempo de espera, debido a que me he enfrentado a varias contextos en los cuales no depende de mí, ni de mi intensidad, he tenido que depender por completo del Señor.

Puedes llevar bastante tiempo orando porque tu familia o tu esposo tengan una relación con Dios, o has tratado en tus fuerzas de compartirles del Señor, pero así y todo ellos permanecen aún reacios, pero debes aprender a descansar en Dios, que no es en tu tiempo, que en Su tiempo Dios hablará a sus vidas. Puede ser que lleves tiempo orando por un hijo “difícil”, esperando que cambie tu situación económica, tu estado civil, pero ahí es donde debemos tener la confianza en el Señor que en el momento indicado tus oraciones van a ser respondidas. En el Salmo 31:14 nos dice David: “Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios, en el Versículo 15 En tu mano están mis tiempos”. Es decir, que mientras Dios nos contesta, lo que el Señor desea que tengamos es su paz, que estemos confiados en El, que tengamos la certeza que El está actuando tras bambalinas, que El sigue cuidando de nosotros, que sobre todas las cosas El cumplirá sus promesas.


Por experiencia propia te aconsejo no te adelantes a los tiempos de Dios, porque te veras enfrentado a situaciones difíciles que no eran las que el Señor tenía dispuestas para ti y vas a lamentar con lágrimas el no haber sabido esperar. Por ejemplo, en esta época en que las tarjetas de crédito o los créditos bancarios están al alcance de muchos y en “segundos” puedes comprar lo qué quieres, debes saber si es o no prudente meterse en una deuda y o si es mejor esperar a ahorrar y no tener que incurrir en unos intereses altos. Dios en el tiempo de espera forja nuestro carácter, por eso no trates de ayudarle a Dios, de darle una mano!. Y si El Señor te ha dicho que esperes, hazlo porque El no se equivoca, sabe el para qué debes esperar un poco y El no deja en este tiempo de obrar en tu vida. 

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