Generalmente
vemos a Dios con base en lo que hemos vivido de experiencias con El, hoy
descubriremos algunas características de Dios tomando como referencia la historia de la
mujer Samaritana, empiezo con Juan 4:6
que nos dice: Y estaba allí el pozo de
Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como
la hora sexta.
Juan 4:7 Vino una mujer de Samaria a sacar
agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. En la época que fue escrito esto, las mujeres
acostumbraban ir al pozo de la ciudad cuando no hacia demasiado calor (mañana o
tarde). No sólo sacaban agua del pozo sino que también conversaban unas con
otras. La llegada de esta mujer sola en el calor del día sugiere que ella era
marginada (En el Sistema Judío la
hora Sexta era las 12 del medio día). Jesús pudo haber sacado
el agua del pozo pero se acerco a ella a pedirle el agua como pretexto para
hablarle y que ella fuera libre de la vergüenza que había en su corazón por los
5 maridos que había tenido. En la época de Jesús era contra cultural un hombre
hablarle a una mujer y esto nos muestra que Jesús está tan interesados en
nosotros que va por encima de los parámetros culturales. A Jesús no le
importaba que pudieran pensar las demás personas al verlo hablar con la mujer
Samaritana y a El le interesa actualmente atraer con lazos de amor a la persona que socialmente es
condenada por su pecado.
Más adelante en Juan 4:16-18 nos cuenta un poco más
sobre la mujer Samaritana:
4:16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
4:17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
4:18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
4:17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
4:18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
En aquella época el divorcio
solo podía haber sido iniciado por el esposo que tenia que expresar
públicamente que su esposa era impura. A Jesús no le afecto cuanto hubiera
hecho la mujer Samaritana, El conocía su corazón y el anhelo de Jesús era que
ella volviera a soñar y a construir una vida sin rechazo, porque de ahí en
adelante ella tendría presente que había alguien que si la aceptaba cómo ella
había sido.
Esta historia puedes haberla
escuchado antes o saberla de memoria, pero quiero que hoy nos identifiquemos
con esta mujer y podamos ver cómo fue Dios con ella y cómo es con nosotros:
- Amoroso
- No Juzga: Jesús no señalo a la mujer por cuanto ella había hecho
- Perdonador
- No le importa que nunca lo hayamos buscado, que nos sintamos fríos
- Sus pensamientos son superiores a nuestros pensamientos racionales que tenemos de nuestra vida.
Las mismas características las
hallamos en otras historias que nos narran los evangelios, donde Jesús lo único
que decía a las personas eran frases como:
- Tus pecados son perdonados
- Yo no te condeno
- Mi corazón está lleno de interés por las personas
Jesús no solo buscaba el agua
que la mujer
Samaritana le podía entregar sino su corazón, para poder El
obrar en este. Jesús está hoy al igual que con esta mujer saliendo a tu
encuentro, porque lo que más desea es que todas las cargas que tu llevas las
deposites en El, que puedas experimentar Su perdón, Su amor y Su restitución,
que tu vida sea diferente a partir de hoy. No importa lo que nosotros hayamos
hecho porque Dios tiene suficiente amor para derramar sobre nosotros, para
perdonarnos, El nos ve todos los días con Su amor incondicional.
De igual forma Dios nos hizo a
imagen y semejanza de El, por eso coloco en nosotros lo que hay en El, en
nosotros hay el amor, perdón, ternura, dulzura, alegría, compasión. Estas
mismas características que Dios manifiesta para con nosotros son las que
nosotros debemos expresar hacia con las demás personas. Lo estamos haciendo?
Amen y amen, hermosa enseñanza.
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