Jesús
desea que nosotros vayamos a El y le entreguemos todas nuestras cargas, todo lo
que nos agobia, que no caminemos más por la vida con un equipaje pesado y
muchas veces más grande que nosotros mismos. En Mateo 11:28 dice: “Vengan a
mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”. Jesús
en la cruz llevo todas nuestras heridas y dolores, para ser restaurados debemos
de creer que El si puede sanar nuestros corazones heridos, que El puede
liberarnos del equipaje que llevamos o de las prisiones en las que nos
encontramos.
Dentro
de las cargas que aún podemos estar llevando se encuentran: Temores, inseguridad,
maltrato psicológico y físico, amargura, rechazo, abuso sexual infantil, falta
de Perdón, depresión, ansiedad, falta de paz, dependencia emocional, pecado
oculto: Aborto, pecado oculto sexual (adulterio, pornografía, masturbación,
sexo cibernético), dependencia emocional y autoestima incorrecta.
El
tiempo que duremos cargando estas maletas sobre nuestros hombros será hasta que
nosotros vayamos a los pies de Jesús, no tenemos que esperar a llegar al cielo
para comenzar a vivir una vida integral, podemos hacerlo ya!!!. En mi caso cuando estaba en la Universidad asistí 1 año a sesiones con psicóloga para tratar lo celosa que era con mi novio de ese momento, la
causa que se identificó con ella era falta de seguridad por ausencia de padre, ella
me ayudó mucho a superar esto, sin embargo sólo hasta que pude conocer a Dios
como mi Padre celestial, fue que pude llenar ese vació y sanar esa ausencia de
Padre. No desconozco el trabajo que hacen los psicólogos, pero el amor que
carecemos por las heridas que nos han hecho o que nunca recibimos, sólo lo
puede dar Dios.
Para
poder tener nuestra sanidad interior debemos ir a las raíces donde se
originaron nuestros problemas. Hay raíces que son fáciles de identificar, que
están digamos visibles a la vista, pero hay otras que están demasiado
profundas, donde sólo el Espíritu Santo puede revelarnos la causa de nuestros
problemas, problemas que hasta se pudieron iniciar desde nuestra concepción,
cuando estábamos en el vientre de nuestra madre.
Probablemente
ya el dolor hace parte de tu vida y te has acostumbrado a vivir de esa manera,
es más algunas veces esa posición de victima atrae la atención de otras
personas hacia nosotros, hoy Jesús te pregunta, quieres ser sana? Esa es una decisión que
nadie puede tomar por ti, que sólo tú puedes dar el paso para buscar tu sanidad
y dejar a atrás muchas de las cargas que aún puedes estar llevando.
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