Cuando sentimos ante un evento adverso o doloroso en
nuestras vidas que no podemos dar más de nosotros, cuando sentimos rendirnos,
existe en una esquina del ring un entrenador que nos conoce, sabe que vamos a
ganar y nunca va a tirar la toalla por nosotros. Sabes quien es ese
entrenador?, Dios!!!.
Cuando nos encontramos en una
situación difícil solemos abrumarnos mentalmente con los aspectos negativos de
la misma. Las interrogantes que nos vienen a la mente son: ¿Por qué?, ¿Por qué
tuvo que pasar esto?, ¿Por qué me sucede esto a mí?, ¿Por qué las cosas marchan
así? Y como lo he mencionado en otras publicaciones, no nos preguntamos el para
qué esto? Jesús nunca dijo que este caminar iba a ser fácil, pero Dios nos dice
en Su Palabra que si estamos cansados, que si sentimos que las fuerzas se nos
acaban El nos dará nuevas fuerzas, en Isaías
40 nos dice:
Versículo 29 El da esfuerzo al
cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Versículo 30 Los muchachos se fatigan y se
cansan, los jóvenes flaquean y caen;
Versículo 31 pero los que esperan a Jehová
tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se
cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Muchas personas se enfocan más
en el precio que tienen que pagar para obtener las cosas, que finalmente en lo
que a futuro (cercano, mediano o largo) van a lograr. De ahí los negocios
ilícitos, pues es más fácil NO pagar el precio de un trabajo honrado, en el que
hay que dedicar más tiempo para conseguir los frutos económicos. En muchas
ocasiones tendremos que pagar el precio, por ejemplo cuando entras a estudiar
debes sacrificar de tu tiempo libre, en
mi caso tuve la oportunidad de estudiar mi pregrado dedicada sólo a esto, pero
ya en el postgrado fue diferente porque laboraba y reconozco que ahí si es más
duro, porque el tiempo que te queda libre es más limitado, admiro aquellas
personas que les toca hacer su carrera mientras trabajan, es un esfuerzo grande
que deben realizar y por varios años, pero como le escuche a una amiga: “lo que
demanda mas esfuerzo da mas satisfacción”.
Debemos enfocarnos en la
bendición que deseamos alcanzar, lógicamente que eso que decimos bendición esté
de acuerdo a la Palabra de Dios. Cree en eso grande que vas a lograr, por lo
que estas luchando, independientemente si te cansas o fatigas. Acordémonos de
algo que ahora que nos parece muy sencillo: montar en bicicleta, cuando éramos niños y
nuestro anhelo era aprender a montar en bicicleta, nunca nos importo si nos
íbamos a caer, a golpear, teníamos puesto los ojos en la meta de saber manejar
esa bicicleta.
Jesús tuvo que enfrentar la
muerte, sabía que tendría que pasar un momento muy doloroso físicamente, es más
hasta le pidió al Padre que si podía le quitara ese trago amargo que tenía que
pasar, seguramente cuando El pensó en la resurrección y los efectos de esta, puso
su mirada en eso que recibiría y esto le ayudo a superar ese momento tan
triste. Así como con Jesús, Dios sabe los momentos en que vamos a sentir que
deseamos tirar la toalla, que no tenemos más fuerzas emocionales y físicas,
pero El está ahí a nuestro lado para renovar nuestras fuerzas, para multiplicar
nuestras fuerzas físicas. Así que te insto para que no te rindas, para que
prosigas a la meta que te has propuesto sea en cualquier ámbito que te
encuentres, que Dios te dará las fuerzas, tu esfuerzo no es en vano y El está a
tu lado para motivarte cuantas veces se requiera, para sostener tu toalla! Y
secar tus lágrimas o sudor las veces que sea necesario.
Amen y amen
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