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jueves, 9 de abril de 2015

La Oración


La oración es un tema que para muchos puede ser algo que realizan cotidianamente, pero para otros es algo que sólo cuando van a la iglesia o en momentos de necesidad. El deseo del Señor es que nosotros actuemos como lo haría Jesús, pero para lograr esto debemos ser transformados por Dios y equipados para esto y la forma de lograrlo es a través de tener un tiempo de intimidad con Dios.

Busquemos a Dios, esforcémonos por pasar tiempo con El, si nos cuesta, seámosle sinceros también con esto, El mejor que nadie sabe cómo nos cuesta levantarnos más temprano para orar o en la noche muchas veces llegamos tan cansados que más nos demoramos en comenzar a orar que nuestros ojos a cerrarse del sueño. Podemos empezar por 5 minutos, e ir aumentando poco a poco minutos, pero no te pierdas de tener a diario un tiempo con Dios, pues nuestra relación íntima con el Señor es lo que realmente va a cambiar nuestra persona, nuestra vida, nuestras relaciones y nuestra familia.

Así cómo deseas hablarte todos los días con las personas que más quieres, Dios anhela que pases un tiempo con El, que le entregues todas tus preocupaciones, ansiedades, que le digas cuanto lo amas, cuanto lo necesitas, el quiere hablarte a través de Su Palabra y a tu corazón. La oración no debe volverse una carga sino un deleite y un privilegio que tenemos a diario y cuantas veces deseemos en el día. Con base en lo anterior, te relaciono 3 aspectos que debe tener nuestra oración:
1.   Sinceridad, es importante que seamos honestos con lo que sentimos y pensamos, no seamos hipócritas, porque Dios nos conoce más de lo que nosotros nos conocemos a nosotros mismos.
2.   Con espontaneidad, con naturalidad: Dios no espera palabrería, ni largas oraciones cargadas de difícil terminología. El espera que seamos naturales al comunicarnos con él. Está mas pendiente de lo que decimos, de abrir nuestro corazón a El, que de cómo lo decimos, la forma. Todos sabemos y podemos comunicarnos, por lo tanto, todos sabemos y podemos orar!.
3.  Con confianza: sabiendo no solo que nos escucha, sino que disfruta que los busquemos, lo anhela.

Colosenses 4:2 nos dice: Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. Esto significa que debemos orar no solamente en los días alegres sino en los tristes, que no nos olvidemos de Dios cuando todo nos está saliendo a la perfección, sino que por el contrario nos presentemos ante El con acción de gracias. Te invitó a que si aún no le sacas tiempo a Dios en tu agenda lo comiences a hacer pues no vas a salir igual después de tu tiempo de oración, una carga menos estará en tus hombros y la paz del Señor llenará tu corazón, y si esto ya es un hábito en tu vida diaria, te animo a que sigas creciendo en ese espacio tan especial que es tu intimidad con Dios.  

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