La oración es un tema que
para muchos puede ser algo que realizan cotidianamente, pero para otros es algo
que sólo cuando van a la iglesia o en momentos de necesidad. El deseo del Señor
es que nosotros actuemos como lo haría Jesús, pero para lograr esto debemos ser
transformados por Dios y equipados para esto y la forma de lograrlo es a través
de tener un tiempo de intimidad con Dios.
Busquemos a Dios, esforcémonos
por pasar tiempo con El, si nos cuesta, seámosle sinceros también con esto, El
mejor que nadie sabe cómo nos cuesta levantarnos más temprano para orar o en la
noche muchas veces llegamos tan cansados que más nos demoramos en comenzar a
orar que nuestros ojos a cerrarse del sueño. Podemos empezar por 5 minutos, e
ir aumentando poco a poco minutos, pero no te pierdas de tener a diario un
tiempo con Dios, pues nuestra relación íntima con el Señor es lo que realmente
va a cambiar nuestra persona, nuestra vida, nuestras relaciones y nuestra
familia.
Así cómo deseas hablarte todos
los días con las personas que más quieres, Dios anhela que pases un tiempo con
El, que le entregues todas tus preocupaciones, ansiedades, que le digas cuanto
lo amas, cuanto lo necesitas, el quiere hablarte a través de Su Palabra y a tu
corazón. La oración no debe volverse una carga sino un deleite y un privilegio
que tenemos a diario y cuantas veces deseemos en el día. Con base en lo
anterior, te relaciono 3 aspectos que debe tener nuestra oración:
1. Sinceridad, es
importante que seamos honestos con lo que sentimos y pensamos, no seamos hipócritas, porque Dios nos conoce más de lo que nosotros nos conocemos a
nosotros mismos.
2. Con espontaneidad, con naturalidad: Dios no espera palabrería, ni
largas oraciones cargadas de difícil terminología. El espera que seamos naturales
al comunicarnos con él. Está mas pendiente de lo que decimos, de abrir nuestro
corazón a El, que de cómo lo decimos, la forma. Todos sabemos y podemos
comunicarnos, por lo tanto, todos sabemos y podemos orar!.
3. Con
confianza: sabiendo no solo que nos escucha, sino que
disfruta que los busquemos, lo anhela.
Colosenses 4:2 nos dice: Perseverad en la oración, velando en ella con acción de
gracias. Esto significa que debemos orar no solamente en
los días alegres sino en los tristes, que no nos olvidemos de Dios cuando todo
nos está saliendo a la perfección, sino que por el contrario nos presentemos
ante El con acción de gracias. Te invitó a que si aún no le sacas tiempo a Dios
en tu agenda lo comiences a hacer pues no vas a salir igual después de tu
tiempo de oración, una carga menos estará en tus hombros y la paz del Señor
llenará tu corazón, y si esto ya es un hábito en tu vida diaria, te animo a que
sigas creciendo en ese espacio tan especial que es tu intimidad con Dios.
Amen y amen.
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